Mi padre era asturiano y mi madre toledana, mi padre estuvo trabajando en Bilbao y por esta razón yo nacà en Baracaldo.
Mi familia se trasladó a vivir a la Alhóndiga a finales del 60 o principios del 61. Mi padre trabajaba en la Uralita, a la cual iba en bicicleta, ya que por aquel entonces habÃa pocos coches aunque recuerdo que un vecino tenÃa un carromato de esos de tres ruedas.

Elvira Cedillo, la madre del autor, en una fotografÃa tomada en la calle Eugenio Serrano a principios de los años 60. Las casas del fondo pertenecen a la calle Buenavista.
Foto: Archivo Pedro M. Tielve
Como yo nacà en 1959, no tengo recuerdos claros de la Alhóndiga de los primeros años 60. El colegio Ciudad de Getafe aún no se habÃa construido; Los pisos que entonces los conocÃamos como «de neveras» (dicen que los mandó construir Kelvinator para sus trabajadores) tampoco, yo contarÃa con unos 7 u 8 años cuando se empezaron a construir.
Me viene a la memoria un coche con forma de huevo, que estuvo abandonado por aquel entonces en lo que hoy es el Paseo Alonso de Mendoza. Lo que hoy es la plaza Tirso de Molina, entonces era un gran descampado, muy apto para jugar. Por aquel entonces no me importaba el barro y los juguetes escaseaban, pues en mi casa éramos muchos hermanos.

Mediados de los años 60, tiempo de verano. Un grupo de niños juega tranquilamente en la acera que, posiblemente, estuviera recién hecha. Al fondo una estampa tÃpica de aquellos años, una silla de enea a la puerta de la casa espera a la reunión habitual de vecinos en las tardes de verano.
La imagen fue tomada en la calle Eugenio Serrano.
Foto: Archivo Pedro M. Tielve
HabÃa tres o cuatro casitas antes de cruzar la vÃa hacia la calle Polvoranca, la cual no estaba asfaltada. A la izquierda de la citada calle ponÃan la plaza de toros y a la derecha estaba la huerta, (que estuvo allà muchos años).
Volviendo al barrio, yo vivÃa en la calle Eugenio Serrano y recuerdo pasar todos los dÃas al lechero, pero me baila la memoria, no recuerdo si venÃa con un cuatro latas, o con un carro con una mula.
En los descampados (que entonces habÃa muchos) habÃan palos donde se tendÃa la ropa. A principio de los 60, el barrio no tenÃa alcantarillado, en las casas habÃa pozos ciegos; Al agua potable le pasaba lo mismo, habÃa que ir a por ella hasta la fuente de la calle Estudiantes.

El autor del relato posando en la calle Eugenio Serrano. La imagen corresponde a mediados de los años 60.
Foto: Archivo Pedro M. Tielve.
A principios del 70, dejamos el barrio y nos trasladamos a la calle Pizarro, por azares de la vida yo regresé en el 98 y es aquà donde sigo viviendo. Me vienen a la memoria las palabras de un poeta getafense, disculparme pues no recuerdo su nombre, que escribió: «Aquel Getafe entrañable que se nos fue con los años…» Y es que aunque el barrio era muy humilde, sus vecinos eran muy buena gente.
Texto: Pedro Manuel Tielve Cedillo
Fotos cedidas por el autor.
(Nota: observando las fotos en las que se ve la acera, nos parece apreciar que esta se encontraba en construcción. Si es asà tenemos un dato importante ya que podrÃamos decir que, aunque la calle Eugenio Serrano seguÃa sin asfaltar, la acera se realizarÃa en aquella fecha)
Me parece muy acertada la observación de la silla. Al caer la tarde los vecinos, se sentaban a la puerta a charlar, ayudaba bastante el que en aquel entonces hubiera pocas televisiones. Eso fortalecía la amistad. Lamentablemente eso es historia y muchos vecinos que conocí de niño, ya han fallecido. Por cierto de los pocos sitios que tenían televisión era el bar «El Cerro», que luego fué «Pub Cristal», en Eugenio Serrano esquina a Almagro. Entonces echaban «Perdidos en el espacio», «Bonanza» e «Historias para no dormir». Mi madre era apasionada de la radio, programas como «ustedes son formidables» y los seriales radiofónicos la encantaban.
Sin duda muchos de nuestra generación coincidimos en que la televisión nos cambió la vida y se llevó costumbres que no se han recuperado. El «Pub Cristal» seguro que merece una entrada especial, su café irlandés marcó a toda una generación.
El ver a los niños sentados en la puerta de la casa me recuerda cuando era pequeña , todos los vecinos jugabamos en la calle: En mi barrio también habÃa muchos descampados y cuando caÃa la tarde las sillas de las mamás y de las vecinas asomaban para charlar un poco. La verdad que antes con menos televisión se fomentaban más las relaciones entre los vecinos… Gracias por contarnos tus recuerdos Pedro
Se nos ha olvidado añadir que las chicas casaderas preparaban su ajuar sentadas en esas sillas en las tardes de buen tiempo. Cuantos bordados se fabricaron entre tertulia y tertulia…
La verdad es que sÃ, me acuerdo de mis primas que sus madres las obligaban a confeccionarse el ajuar, aunque no tuvieran novio. Yo no entendÃa mucho aquello, pero ellas bordaban sus sábanas y toallas, además de realizar ganchillo…. Se aprovechaba el buen tiempo para estas labores…
Gracias chaval por esta aportación gráfica que nos mueve a recordar mi amado y querido barrio. Tengo fresca en la memoria aquellos inhóspitos solares aquellas calles sin asfaltar,aquellas estrechas aceras y como aquellas tertulias al atardecer de los vecinos, junto a la puerta aquellas alineadas y humildes casitas.Mientras en nuestra inocencia tratábamos de imitar a Manolete emular a Bahamontes,Paulino Uzcudun,,Ramallet,Peiro,Puskas… y los más atrevidos imitando a Paul Anka. Lucho Gatica,ya sonaba Elvis.Me he identificado con ese niño de pantalón corto y ha aflorado en mi aquellos juegos infantiles, aquel revolotear de periquitos(insectos) que al lanzar la boina recubierta de un pañuelo se lazaban a ella. Aquel cimbrear del cuerpo de la niñas haciendo ese ejercicio fÃsico tan saludable y esbelto sin tener como ahora que recurrir al gimnasio
En fin amigo, no se si leeras esto, incluso si nos conoceremos…pero te agradezco esta muestra, que me ha hecho enrojecer mis ojos…
Gracias Che!! por cierto sabes de donde proviene en nombre de la C/ Eugenio Serrano..?
MuchÃsimas gracias por el comentario Alfonso, no sabemos si Pedro lo habrá leÃdo o no pero se lo haremos llegar. Por supuesto te invitamos a compartir vivencias, si conoces el barrio es seguro que tendrás cosas que contar de él. Igualmente, estaremos encantados de conocer el porqué del nombre de la calle, si lo sabes no dudes en contarlo.
Un saludo.